Nostalgia, saudade o yo qué sé

Yo no sé si es nostalgia, saudade o tristeza sin fondo:
es como un déjà vu, pero mucho más persistente e intenso.
Un retorno a la ciudad del sueño en duermevela en la que nunca estuve.
Me veo entonces, como a través de un espejo deslucido, solitario y noctámbulo,
yendo al encuentro del amigo a quien no volveré a ver.
Camino entre la niebla en esta noche fría,
en que la luna llena apenas se deja presentir,
por una calle sin luces y sin nombre,
encojo los hombros, me subo las solapas de la americana y enciendo un cigarrillo,
rogando a Dios por lo bajo que aún esté abierto el bar en que habíamos quedado,
y que aún siga él allí, con su vaso de whisky en la mano, para brindar de nuevo
y “echar unas risas” que ahuyenten, por un momento, la tristeza
y abarcar el mundo entero en un abrazo.
Pero él, me dice el camarero, también esta vez ha tenido que marcharse,
pues anda muy ocupado atendiendo sus asuntos de muerto prematuro.
Y yo me encojo de hombros otra vez, me tapo hasta las orejas,
y salgo de nuevo a la calle, hacia el amanecer helado que me espera.

A mi amigo Luigui, siempre en el recuerdo.


Ilustración: Camelia Davidescu

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