El primer caso de James Dragule

Tres días antes de abandonar para siempre el cuerpo de la policía, recibí la visita de su marido. El cornudo, un tipo enorme de dos metros de altura y complexión de atleta, entró en mi despacho sin molestarse siquiera en llamar a la puerta.
    - Necesito que siga a mi esposa. Estoy seguro de que me la está dando con queso.
    - Usted es policía –respondí displicente-. No necesita un detective privado para eso.
    - ¿Y cómo sabe que soy policía, señor Dragule?
Temí una trampa y por mi vida. “Sabe que soy el amante de su mujer y me está probando el muy cabrón”, pensé. Pero conseguí reaccionar:
    - Huele a bofia a un kilómetro. Además no pretenderá hacerme creer que el uniforme que lleva es de bombero.
    - No puedo recurrir a los compañeros del departamento. Sospecho de algunos de ellos. ¿Sabe?  Ella también es policía.
“Algunos de ellos –sonreí para mis adentros-. Vaya putón verbenero”
    - De acuerdo. Me encargaré del asunto. Pero necesitaré algunas fotografías.
    - Aquí tiene una –me la tendió orgulloso-. Es del día de mi graduación.
    - Ajá, no está mal para empezar. Pero también precisaré algunas de su esposa.

Resultó fácil hallar un chivo expiatorio entre los promiscuos miembros del cuerpo de la policía. Lo eché a suertes y le tocó la china al inspector Romerales, el iracundo jefe del marido despechado. Tres días después, el muy bruto se llevó a los dos por delante. Minutos antes de matarla, disfruté del cuerpo de la policía por última vez. Desde el interior del armario, oí la primera detonación.
    - ¿Qué hace usted ahí dentro?
    - Estaba siguiendo a su esposa, ¿recuerda?
    - ¿Desnudo?
    - No quería levantar sospechas.

Me miró convencido. Luego, se llevó el arma a la sien y oí la segunda detonación.

4 comentarios:

  1. ¡Vaya!! ¿Y tiene que acabar así de mal?? Hummm..... Desde luego, "me la has dao con queso" con "el cuerpo de la policia".
    Jo!

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    1. Para James Dragule, que se salva por los pelos, no acaba mal en absoluto. Gracias donna Bandolera Bando por su visita y atenta lectura del primer caso de este magnífico detective privado.Vendrán más.

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  2. Un final imprevisto pero genial.

    un abrazo

    fus

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    1. Gracias, Fus, por tu visita y elogioso comentario. Para un detective imprevisible, un final también imprevisible.

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