Por unas cosas o por otras, siempre acabo
posponiendo el momento de mi muerte. Mi esposa no hace más que repetírmelo: “Si
te vas a suicidar, hazlo de una vez y, si no, deja de dar la murga”. Tiene
razón desde luego, pero es que ella no puede comprender la seriedad del asunto. No
es tan sencillo pegarse un tiro, a pesar de que, visto desde fuera, pueda
parecer un gesto más, el último, de un alma desesperada. Ni siquiera, como en
mi caso, cuando ya has tomado la decisión irrevocable. Tras sopesar
cuidadosamente los pros y los contras de la terrible acción que vas a llevar a
cabo, siempre aparecen aquí y allá, flecos sueltos sin resolver, pequeños
detalles sin importancia que, de pronto, inclinan la balanza hacia uno u otro
lado. Es en esos minúsculos detalles donde se ocultan con frecuencia mis
“arrepentimientos” de última hora, como me gusta denominarlos.
Pondré un ejemplo reciente: hace tres días,
ya tenía todo dispuesto. El arma cargada y la puerta del despacho cerrada con
llave por dentro para evitar que mi hijito de tres años pudiera importunarme en
el transcurso de mi dramática acción. ¿Y qué ocurrió? Pues ocurrió,
sencillamente, que en el instante en que me llevaba la pistola a la sien, mi
mujer encendió la televisión y yo pude oír claramente a través de las paredes
cómo había repuntado el IBEX 35 gracias a la espectacular subida del precio de
las acciones de CORSO S.A. Un golpe de intuición que sólo cabe adjetivar como
divina, seguida de un rápido cálculo mental, me obligó a cambiar el revolver
por el auricular del teléfono. “¡Vende, vende!”, le grité a mi corredor de
bolsa”. “Jo, macho, te vas a forrar”, me respondió. Y así, por una minucia,
volví a retrasar el acto que me habría liberado para siempre de las miserias de
este mundo.
¡Jajajajajajaaa!!! Este está más vivo que una menda... Hay que ver cómo le gusta el teatro, lo voy a fichar para los "eventos".
ResponderEliminarGracias, como siempre, donna Bandolera Bando, por su visita y comentario. Quizá sea usted capaz de sacarle más rendimiento que yo a tan curioso personaje. Así que adelante. Si le parece bien, le puedo poner en contacto con él. Siempre que para entonces no haya realizado su acción irrevocable, claro está.
EliminarNuy bueno el relato con tintes de novela negra.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Gracias, Fus, por tu visita y comentario. Si te pasas por mi facebook,
Eliminarwww.facebook.com/janialidades
o por el google+, allí tienes tu copia simple de la galaxia que te ha correspondido por ser un seguidor de la revista Cosmogonical review. Un abrazo.
Janial
Minucias así, bienvenidas sean. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por su visita y comentario, Yolanda Almansa. Siempre es preferible, desde luego, ser rico, estar sano y ser feliz, que ser pobre, estar enfermo y ser desgraciado.
EliminarJajaa al final vive...
ResponderEliminarUn tipo con suerte, a su alrededor tiene un ángel de la guarda.
Dicen el muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Abrazos fraternos de MA.
O un diablillo, MA, o un diablillo. Gracias por tu visita y tu sonrisa.
EliminarNo hagas hoy lo que puedes dejar de hacer mañana.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu microrrelato.
Saludos.
Muchas gracias, "estratagema". Paso a echar una ojeada a su blog, que desconocía por completo, con su permiso.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJopé, Fus, me has dejado con las ganas de saber de qué iba tu comentario. eso no se hace.
Eliminar